Terminamos nuestra salida del puente en Périgueux, después de estar tres días en Sarlat y alrededores. Périgueux es una ciudad cargada de historia, desde los celtas, con huellas claramente romanas, además de edificios medievales y renacentistas, con lo que el paseo por su ciudad también es como un paseo en la maquina del tiempo.
Catedral Saint-Front
Construida sobre un plano en forma de cruz griega en el que el centro y los cuatro brazos están coronados por cúpulas, siendo restaurada por Abide en el siglo XIX siendo un claro ejemplo del arte románico-bizantino. Dicen que sirvió como modelo en la construcción del «Sagrado Corazón» del Mantmartre parisino.
El campanario del siglo XII separa la antigua iglesia latina de la basílica de inspiración bizantina.
La ciudad Medieval
Los rincones, callejas y edificios hablan de una historia de ricos artesanos y mercaderes que hicieron ostentación de su riqueza plasmándolo en bellos edificios que aun día no dejan de llamar la atención su riqueza arquitectónica. Muchas de las viviendas eran fortificaciones en si mismas (Hotel Gilles Lagrane, siglos XV-XVII), lo que refleja también los tiempos de inestabilidad. En medio, amplias y pequeñas plazas llenas de encanto.
La Torre Mataguerre
Es el último bastión de la muralla medieval que en su día contó con 28 torres y 12 puertas.
Templo de Vesone
Del templo edificado en el siglo II por los romanos no se conserva hoy en día más que la «cella», recinto sagrado al que sólo podía acceder el sacerdote para dedicarse al culto de la diosa celta Tutela Vesuuna, adoptada por los romanos y relacionada con el culto a las aguas.
Con una altura de 27 metros y un diámetro de 20 metros, la torre estaba rodeada de una columnata, que permitía el paso de los fieles y el depósito de ofrendas.
El acceso a la torre se efectuaba a través de una escalera colosal orientada hacia el Este, donde hoy se ve una enorme brecha. Los ciudadanos la utilizaron como cantera hasta finales del siglo XIX, lo que explica su deterioro.
Castillo Barrière
Castillo edificado en el siglo XII, fue adornado en la época renacentista con una torre-escalera, con una puerta de estilo gótico flamígero y con ventanas bellamente esculpidas. Tras el incendio de 1575, durante las Guerras de Religión, el castillo nunca fue reconstruido.
Anfiteatro
Los vestigios de este monumento se encuentran en un parque publico llamado Las Arenas. El edificio en forma elíptica fue construido en el siglo I con un aforo de unos 20.000 espectadores.
En la edad media el recinto se transformó en fortaleza, en el siglo XVII fue un convento y ya en el siglo XIX pasa a ser el jardín actual.
Iglesia de la Cité
Fue la primera catedral de Périgueux hasta el año 1557. En las Guerras de Religión, los protestantes destruyeron dos de sus cuatro cúpulas y el campanario.
Durante el periodo de La Fronda (periodo turbulento de la historia correspondiente a la minoría de edad del rey Luis XIV) se uso como picadero y pierde su título de catedral en beneficio de la Iglesia de Saint-Front.
Lo curioso de esta iglesia es que una de las cúpulas es del mas puro estilo románico y la otra, restaurada en el siglo XVII, es de estilo gótico, pudiéndose comparar el la evolución en las columnas necesarias para soportar el mismo peso.
El viaje termina. Y nuestra impresión es que el Périgord es una tierra muy interesante de visitar en otoño, ya que su riqueza en bosques aporta una belleza de colores que nuestros ojos aprecian y agradecen.
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