La Iglesia no tiene otra alternativa: o se renueva o deja de ser Iglesia.
Y, sin embargo, no todo cambio que se quiere introducir en la Iglesia a título de renovación lo es efectivamente. Hay cambios que obedecen más a desequilibrios emocionales o tergiversaciones hermenéuticas que al Espíritu de Cristo.
El profesor JUAN DRIVER procura ofrecer criterios bíblicos para discernir entre lo que proviene de Dios y lo que responde a factores meramente humanos o inclusive a factores puestos al servicio de los poderes de destrucción.